Puerto Rico está clasificado #135 en cuanto a la facilidad de hacer negocios según el informe del World Bank Group 2016.
Es importante entender que el tiempo y cantidad de pasos que requiera establecer un negocio tiene un impacto directo en los niveles de pobreza. Los requisitos que solicita el Gobierno de Puerto Rico para establecer un negocio perpetúan la pobreza al este proceso ser extenso, difícil y complicado.
Un permiso puede tardar 6 días según el informe del WEF. Sin embargo, según DoingBusiness.org puede tardar 165 días.
En un esfuerzo que realizamos para analizar cuanto tiempo tomaba obtener la aprobación para permisos, licencias y requisitos gubernamentales para operar un negocio, encontramos que se solicitaban 54 documentos (Licencias / Permisos / aportaciones / contribuciones) de 29 agencias gubernamentales diferentes tanto de agencias federales, estatales y municipales convirtiendo los costos de radiación en unos muy onerosos y prolongado. Tanto el sistema Federal, el Estatal, las Agencias como los municipios tienen autonomía para crear sus propias regulaciones y cobrar las cuotas y aportaciones que consideren convenientes creando un sistema altamente burocrático.
A mayor costo, mayor tiempo, mas permisos requeridos, menor será la cantidad de empresas registradas formalmente. Debemos agregar que el proceso puede complicarse y ser mas extenso dependiendo la industria y la clasificación de la localización.
Un periodo prolongado para sacar los permisos, la cantidad de permisos y la complicación del proceso desalienta el establecimiento de empresas, encarece el proceso, disminuye las oportunidades de éxito, anula el crecimiento y fomenta el clandestinaje evitando registrar formalmente el negocio.
La falta de registro de una empresa la pone en un estado de clandestinaje, informalidad y de ilegalidad. Esto impedirá que dicha empresa pueda ser financeable, ser transferida, o capitalice sus recursos cayendo en un estado de indefinición que perpetua su pobreza.
El proceso de permisos ha requerido que se hagan leyes estatales y municipales para disminuir el tiempo y cantidad de requerimientos aun así dicho proceso continúa siendo uno obsoleto.
A pesar del esfuerzo de mejorar los trámites, la exagerada y anticuada regulación convierte la apertura de una empresa en un calvario por lo que debemos cambiar el proceso o continuaremos con una pobreza permanente que disminuye el crecimiento y anula nuestro desarrollo socioeconómico sostenible. Nuestra aspiración debe ser convertirnos en el lugar más amigable para hacer negocios en toda Latinoamérica.
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