El impacto de la impresión 3D

Recientemente la famosa empresa de comida rápida KFC (Kentucky Fried Chicken) anunció que está trabajando en la creación de la comida del futuro.  Mediante una alianza con la compañía rusa 3D Bioprinting Solutions, KFC se dispone a explorar la creación de pollo utilizando la tecnología de bioimpresión. La empresa 3D Bioprinting Solutions utilizará células de pollo y material vegetal para reproducir el sabor y la textura de la carne de pollo casi sin involucrar a los animales, mientras que KFC proporcionará su pan y especias especiales. Esta alianza se suma al piloto Beyond Fried Chicken que la empresa está realizando en algunos estados con Beyond Meat, empresa estadounidense que produce carne a base de materia de origen vegetal. Aunque pareciera que estamos ante una escena de la película Charlie with a Chance of Meat Balls, lo cierto es que estamos y estaremos viviendo los resultados de la cuarta revolución industrial.

La primera patente relacionada con la impresión 3D fue presentada en mayo de 1980 por el Dr. Hideo Kodama del Instituto de Investigación Industrial Municipal de Nagoya. En la misma describe un sistema de “prototipado rápido de fotopolímeros”. La idea de Kodama consistía en utilizar una tina de fotopolímero, expuesto a la luz ultravioleta, para endurecer una pieza.  Desde entonces se han desarrollado avances para una nueva manera de manufacturar y producir.  Para el año 2013 las impresoras 3D saltaron a la fama gracias al presidente Barack Obama, quien en un discurso presidencial las catalogó como un invento con potencial de revolucionar la manera en que producimos prácticamente todo.

Una impresora 3D podría describirse como un dispositivo que es capaz de generar cuerpos físicos sólidos tridimensionales mediante la adición capa a capa de un material, generalmente plástico ABS. En otras palabras, permite crear, sin la necesidad de utilizar cualquier tipo de molde, un objeto que luego podremos tomar en las manos. Los zapatos, ropa, partes de los carros, vajilla para la cocina, joyas, juguetes, órganos y alimentos forman parte del catálogo de tangibles que pueden imprimirse con una impresora 3D.  

Se vislumbra que esta tecnología cambiará el mundo de la manufactura y la manera en que consumimos. La producción será cada vez menos masificada y más individualizada. En lugar de las empresas vender el producto, venderán el diseño. Así cada uno podrá personalizar los productos, según nuestros gustos y preferencias.  

Referencias:

https://techcrunch.com/2020/07/17/from-bioprinting-lab-grown-meat-in-russia-to-beyond-meat-in-the-us-kfc-is-embracing-the-future-of-food/

https://www.tynmagazine.com/la-industria-4-0-crece-de-la-mano-de-las-impresoras-3d/

https://bitfab.io/es/blog/historia-impresion-3d/

https://www.interempresas.net/Fabricacion-aditiva/Articulos/217882-La-impresion-3D-como-tecnologia-de-uso-general-en-el-futuro.html


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